Por: Mauricio Gómez Castañeda.
El
pasado 13 de enero Netflix estrenó una de
las series más esperadas de este año, se trata de Una serie de eventos
desafortunados quien reclutó a Neil Patrick Harris como Count
Olaf y al instante saltaron comparaciones entre este y el actor Jim
Carrey quien hizo el mismo papel en la película.
Me
parece (en mi punto de vista personal), siendo el actor que es Carrey,
no podría existir comparación alguna con Harris pues sabemos muy bien la
escuela que tiene con todos los años y películas que se ha dedicado a la
comedia, sin embargo, este último se ganó un lugar pues ha realizado un gran
trabajo caracterizando a este personaje.
Su
sentido del humor lo ha caracterizado en sus diferentes personajes que ha hecho
como una persona divertida y al mismo tiempo sarcástica, algunas de sus cartas
de presentación son Doogie Howser en Doogie Howser M.D. y como Barney
Stinson en How I Met Your Mother son tan solo algunas de las menciones que
han hecho que hoy esté al frente de esta serie con el personaje principal.
Hablando
de Patrick
pero en esta ocasión Patrick Warburton, es motivo de
aplaudir con su personaje de Lemony Snicket quien con su voz
gruesa narra la historia de estos niños huérfanos y de mucha presencia con su
persona y no solo con su voz, superando por mucho a Jude Law quien solo
prestó su voz y su silueta para interpretar el personaje en la película del
2004.
Me
parece que las interpretaciones de Melina Weissman, Louis
Hynes y Presley Smith como los hermanos Baudelaire superan por
mucho las actuaciones de los actores originales, haciendo de esto una historia más
entretenida y aventurera.
Comparaciones
siempre existirán cuando se realiza una película o serie con diferentes actores
pero en esta ocasión Un serie de eventos desafortunados
llega a ser divertida e interesante, aunque prácticamente se narre la historia
de la película.
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